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Mucho venimos hablando en los últimos tiempos acerca de la intención de los nacionalistas escoceses de separarse del Reino Unido, y de las dificultades que ello podría traer al país. Pues bien, lo que sucede básicamente es que más allá de que Escocia está en todo su derecho de pretender alejarse de la órbita del organismo continental, a las principales autoridades parece no gustarles ni un poco este intento de soberanía

Hay que tener en cuenta, en este sentido, que Alex Salmond, el principal referente político de la actualidad nacional en Escocia, además del más importante impulsor de la Independencia que podría decidirse a mediados de septiembre del año que viene, indicó cuáles serían los cambios que tendría el país en caso de independizarse, señalando que seguiría formando parte de la Unión Europea.

“Este es el proyecto más completo y sensible que nunca se haya publicado para un país independiente, no simplemente para Escocia, sino para cualquier nación con miras a la independencia. No buscamos independencia como un fin, sino como una herramienta para cambiar Escocia a mejor”, explicó Salmond al respecto sobre el esperado “Libro Blanco” en el que se recogen todas estas cuestiones.

Además, hay que tener en cuenta que se trata de una especie de respuesta también a las recientes palabras de la Unión Europea, cuyas principales cabezas han señalado que en caso de que Escocia pretenda independizarse, deberá rendir suficientes cuentas a la organización continental, porque de lo contrario será excluido como país miembro sin que nada pueda hacer para remediarlo. Sin dudas, uno de los conflictos que dispara la Independencia de Escocia y sobre los cuales deberemos estar atentos en las próximas semanas.

Vía: La Voz de Galicia
Imagen: DEIA

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